Estudié la Licenciatura en Educación
Primaria, en la Escuela Normal Urbana Federal “Lic. Emilio Sánchez Piedras”, en
el estado de Tlaxcala. Egresé en el año 2012. Una vez ya estando dentro de la
normal, no tuve ningún problema académico, a lado de otros compañeros siento
que no carecía de información respecto a la carrera, me sentía inmiscuida en
todo lo relacionado al ámbito educativo. Durante mis cuatro años de formación,
participé en todos los eventos a los que me invitaban, congresos entre
normales, foros educativos, ponencias en la normal, exposiciones,
demostraciones de trabajos, organización de eventos, un sinfín de actividades
que marcaron mi práctica docente y que fortalecieron mi identidad como maestra.
Respecto a las visitas y prácticas que
hacíamos a las primarias, siempre me involucraba con el trabajo del maestro
titular, nunca puse un pero para hacer algo, al contrario me mostraba siempre
animosa y colaborativa con los alumnos, padres y maestros de los diferentes
centros escolares a los que acudí. Siempre me ha gustado interactuar con los
alumnos, platicar, hacerme su amiga; además de dar clases, tengo una ideología
que siento que me ha funcionado y es que recuerdo tanto una frase que dice: “Educar es amar, con la ilusión de que un
día esa semilla germinará”, y es que si educamos con amor (Lidia Turner)
podremos hacer maravillas con esas mentes que poseen los alumnos en sus
diferentes facetas.
Soy de las personas que da su tiempo y más
del que debe para con sus alumnos, empatizo y pienso en aquellas actividades
que puedan arrojarme resultados visibles y duraderos, no efímeros ni
instantáneos. Me gusta hacer material didáctico, preparar mis clases y hacer
todo lo humanamente posible para mis alumnos.
No se trata de juventud sino de amor a lo que hacemos, compromiso
docente, de identificarnos con la educación.
Bueno durante toda mi carrera mostré
actitudes positivas, siempre busque alternativas de trabajo y sugerencias
enriquecedoras, al término de mis estudios en mi último semestre tenía que
elegir una problemática para mi documento recepcional y fue aquí donde tuve que
persuadir sobre un tema que me llamaba la atención y fue: Cómo se adquieren las prácticas sociales en niños de primer grado,
es decir cómo es que los alumnos aprender a leer escribir, hablar y escuchar
desde los primeros años de educación primaria, tuve que darme a la tarea de
investigar sobre todo lo referente al tema y es que era tan amplio y ambicioso
a la vez que opté por escribir sobre lo que a mi parecer recaía en mi
problemática, realmente fue una año enriquecedor, mi maestra titular me dio la
apertura de atender al grupo como si fuese yo la maestra de base, y eso hizo
que me sintiera en confianza y pudiera desempeñar mi trabajo con éxito.
Llegado el momento de defender mi documento
recepcional, me encontraba frente a tres sinodales que desconocían lo que
realmente había vivido dentro del aula y es que no acabaría de escribir todo lo
que sucedió y que finalmente enriqueció mi amor por educar (enseñar), lograr
que mis pequeños aprendieran jugando, platicando, corriendo, contando,
narrando, etc.
Mi examen profesional duró aproximadamente
cuatro horas y es que tuve dos rondas de preguntas, y al final logré una MENCIÓN HONORIFICA, muy contenta me
titulé porqué fue aquí cuando recordé todo lo que tuve que pasar para darme
cuenta de que ser maestra era mi verdadera vocación. Pero ahí no terminaba
todo, al contrario empezaba todo, tenía que salir al mundo, tenía que salir a
demostrar de qué estaba hecha, y fue así que una vez egresada, saqué ficha para
presentar examen de oposición para adquirir una plaza docente y estaba segura
de que si era legal el proceso podría aspirar a obtener una.
Me dedique a leer
y llegado el día del examen supe que lo iba a lograr, quince días después
publicaron los resultados y para mi satisfacción fui acreedora a una PLAZA DOCENTE, sentí que esto apenas
empezaba y que las cosas llegan por sí solas. Era tanta mi felicidad que
recuerdo que esas vacaciones que pasé fueron las más tranquilas porque sabía
que ya tenía trabajo y que gracias al esfuerzo y al empeño que coloqué en toda
mi formación profesional es como logre obtener un trabajo digno de todos los sacrificios
y pruebas que tuve que pasar. Aún recuerdo que uno de mis sinodales me pregunto
que cuáles era mi proyecto de vida, y a esto respondí que me gustaría estudiar
la maestría y seguir preparándome porque en un futuro me gustaría poder
trabajar fuera del país si es que todo sale como lo tengo pensado, que no
quería quedarme con la licenciatura porque mis aspiraciones son grandes y en
grande debo pensar.
Una vez ya aceptada en el sistema de nivel
Primaria, me ubicaron y fue cuando me mandaron al Sector 06 Zona 22, iba a
disposición de la misma. Esta zona está en Hueyotlipan,
cuando me enteré no sabía ni donde estaba este lugar, era tanta mi emoción y
miedo a la vez porque ya no iba a la escuela, ahora me tenía que presentar a mi
trabajo, y lo hice, la supervisora me ubicó en la Colonia Adolfo López Mateos en Hueyotlipan.
Recuerdo que ese día la directora de este
plantel se encontraba en la supervisión y fue ella quien me llevo a la primaria
y me presentó al personal que laboraba en ella. Era tanta mi incertidumbre
porque no sabía que grado me iba a dar y sorpresa me asignaron primer y segundo grado, para mí fue un
reto desde que me lo dijo, porque recordaba mi formación en la normal y jamás
nos dijeron cómo trabajar con dos grupos, jamás nos guiaron sobre esas
situaciones que se viven fuera de la escuela, y es cuando me propuse ser una
maestra para recordar y seguir con mi ideología. No lo negaré, al principio me
costó, el hecho de viajar una hora también me pesaba pero pensaba en mis
alumnos y sentía que todo valía la pena por ellos, que no estaba ahí por un
salario, estaba ahí por un compromiso, porque de verdad amo mi profesión.
Pasaba el tiempo y me adapté a la comunidad,
los padres de familia me aceptaron muy bien y es que será que ellos lo que
quieren es trabajo y eso es lo que yo hago dentro de mi aula, involucro a cada
uno y lejos de terminar planes y programas, libros de texto y cuestiones que
nos rige el sistema, lo que hago es crear en los alumnos ese sentido de
pertenencia, de luchar, de querer ser alguien más, de amar, de respetar a los
suyos, de asistir a gusto a clases, y es que si logramos todo esto, el trabajo
por sí solo dará sus frutos.
Atender dos grados no era fácil, al principio
me sentía ofuscada, no sabía por dónde comenzar pero tuve que darme a la tarea
de recurrir a mis padres, tíos y amigos maestros para que me dieran sugerencias
de trabajo y poco a poco fue creando mi estilo de trabajo, inventé estrategias,
modifique otras, pero siempre teniendo en mente que mis pequeños aprendieran.
Realicé un diagnóstico grupal, para saber qué es lo que debía fortalecer en
segundo grado y por dónde comenzar con primer grado. Recibí 6 alumnos de
primero y 18 de segundo grado. Aparentemente eran pocos pero dentro de ellos
tenía casos especiales.
En primer año tuve a un alumno con problemas
de lenguaje, no oía y le costaba hablar, esto fue a causa de que a los tres
años ingirió veneno para moscas y por ende le atrofio el sistema del habla, fue
muy difícil esta situación porque debía comunicarme con él a través de señas y
hablar fuerte para que pudiera entender lo que decía y lo repitiera. A medida
que fue pasando el tiempo, aprendí a hablar con el utilizando todo lo que
estuviese a mi alcance y lo más impresionante es que sus propios compañeros ya
sabían cómo tratarlo y eso ayudo a que el grupo se mantuviera unido.
También tuve otro niño con un problema
visual, tenía un lunar en el ojo pero era maligno porque le interrumpía la
visión, además de que este alumno por su mismo problema solo fue al preescolar
un año y por ende su desarrollo motriz no era bueno, tenía problemas
conductuales y era muy mimado en su casa, y por lo de su ojito no se le podía
ni tocar al pequeño.
En segundo grado tuve 3 casos y estos si
estaban ya canalizados con algunas instancias como lo son el CAM. Tuve un
alumno de 8 años de edad en segundo grado, cuando llegué lo primero que hizo
fue decirme: “dientes” y yo lo abracé, y es que todos los días debía mostrarle
mis dientes y no porque estuvieran bonitos sino porque le llamaban la atención
los braquets, todo lo que brillara lo distaría. Lo veía tan indefenso que mi
propósito era que su actitud cambiara, que primero debía centrarlo en el
espacio y tiempo, que tenía que cambiar esos arranques que tenía de repente.
Recuerdo que le gustaba jugar mucho con la
computadora, los celulares, tenía una habilidad sorprendente y es que se
enojaba si no se le daban las cosas, por lo que decidí empezar a darle
confianza para que el pudiera sentirse parte de un grupo, confieso que me dio
mucho miedo no saber qué hacer con él, la formación que recibí nunca tratamos
este tipo de casos, no es lo mismo saber que existen a tenerlos dentro de la
práctica docente. Este pequeñito se
pegaba en la pared, lloraba porque no le daba lo que quería, le pegaba a sus
compañeros pero porque ellos lo provocaban.
Poco a poco fui dándole encomiendas
que debía realizar en el salón y así controlara sus conductas. Pase momentos
muy tristes como el hecho de observar cómo se salía del salón gritando por su
mamá, o cuando se pegaba en el piso o la pared; pero también pase momentos muy
bonitos como el hecho de ir viendo como cambiaba y controlaba su carácter.
Todos los días lo abrazaba y le decía que lo amaba y es como fue sintiendo
confianza hasta lograr su cambio.
Tuve otro caso de una pequeñita que
presentaba un diagnóstico de autismo (supuestamente), cuando llegué ella se
mostraba solitaria, ausente, se mecía mucho en su silla, gritaba y lloraba de
repente. Recuerdo un día que vio una piedra grande y empezó a llorar y diciendo
que se iba a morir el huevo, entonces si me desconcerté pero su mamá ya un
tiempo después me dijo que tienen un criadero de huevos y ella lo relacionaba
con eso. Fue un caso difícil pero tuve que buscar estrategias que favorecieran
su desarrollo y se integrara al grupo, poco a poco fue cambiando y de acuerdo
al diagnóstico emitido por algunos doctores, padece un retraso mental y
requiere de apoyo, por lo que asistió a estas regularizaciones y también a la
escuela regular.
También tuve a otra pequeñita que tenía
problemas de lenguaje, ella no podía hablar bien, su problema era nato, por lo
que le costaba comunicarse, pero poco a poco con ejercicios de maduración, ella
asistía a terapias en Hueyotlipan pero su proceso fue lento.
Cuando empecé a trabajar me enfrente a
diversas situaciones, las cuales no me fueron explicadas durante mi formación.
En cuanto a los trámites administrativos carecía de cómo hacerlos, al principio
me costaba y más porque eran dos grados, pero con la ayuda de la directora y de
las maestras de la escuela es como he ido adquiriendo experiencia y sobre todo
que he aprendido a hacer las cosas bien, porque mi idea es, si vamos a hacer
las cosas las debemos de hacer bien si no, no las hacemos.
Es cierto apenas tengo un año de servicio,
pero pareciera que tengo más, mis ganas de trabajar son notorias y el
compromiso docente es lo que rige mi vida profesional. Me siento a gusto con la
tarea que hago día a día y es mi deseo seguir preparándome para poder ser mejor
cada día.
Además de mi trabajo como profesora de
educación primaria, también he asistido a congresos nacionales y a los cursos
de formación, diplomados, y pienso y quiero en un futuro poder salir del país y
compartir lo que sé, por ahora he decidido estudiar la maestría como un reto
personal pero también profesional, sé que un grado no representa lo que sabemos
o somos, pero si nos hace ser más humanos y humildes.
Entendamos que ser maestro va más allá de
asistir a un aula y ser mediadores entre el alumno y el conocimiento, ahora
nuestra sociedad nos exige ser competentes, hábiles y críticos ante las
situaciones que se viven, pero no olvidemos que por quien estamos aquí es por
nuestros alumnos, aquellas semillas que un día darán sus frutos.
Y mi historia personal y profesional sigue….
Licenciada
en Educación Primaria
Profa. Elizabeth López Hernández
HOLA ELI.
ResponderEliminarComo te has dado cuenta ser docente no es tarea fácil, por que la experiencia y el conocimiento se fortalece con el quehacer diario en las aulas. Conocer y aprender amar a los niños es una de tus grandes fortalezas, ya que son tu incentivo para ser una excelente maestra, tu interes por brindarles la confianza,el afecto, la comunicación favorece un ambiente de respeto mutuo y trabajo colaborativo.
Con afecto: MIROS.....
Hola Eli.
ResponderEliminarAl leer tu escrito me pude percatar que eres una maestra responsable y comprometida con tu trabajo, pero sobre todo humanista ya que destacas mucho esa parte y considero que eso te fortalece ya que conoces a los niños interiormente y no solo exteriormente, lo cual es de gran ayuda para fortalecer tu ambiente de aprendizaje.
Atentamente. Karem
Ely!!
ResponderEliminarTe felicito por ese dinamismo con el cual llevas a cabo tu labor educativa; sin duda el uso de los recursos tecnológicos fortalece los aprendizajes de tus alumnos.
Sigue adelante con ese entusiasmo!!
Tomy