¿Qué concepciones de aprendizaje son congruentes
con el enfoque por competencias y por qué?
La educación basada en competencias es y será un medio para la
reflexión permanente, para el ejercicio de soñar con mejorar, aunque ese
mejorar sea necesario perfilarlo en cada avance obtenido y con cada falla
reflexionada, surge entonces la cuestión: ¿qué concepciones de aprendizajes nos
parecen congruentes con el enfoque por competencia y por qué?
Existen algunas concepciones de aprendizaje que tienen algunos
rasgos del enfoque por competencias, y que bien podrían ayudar en esta nueva
concepción en la educación, entre ellas está el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje significativo y el
constructivismo y socioconstructivismo.
El aprendizaje
por descubrimiento (J. Bruner), le atribuye una
gran importancia a la actividad directa de los estudiantes sobre la realidad,
experimentando, descubriendo lo que es relevante, y comprendiendo las
estructuras que se plantean en el entorno. El enfoque por competencias nos
menciona que lo importante no es tener más conocimientos, sino el uso que
hacemos de los mismos, “No es qué tanto sabes, sino lo que sabes hacer con lo
que sabes”. Es decir, que las competencias no sólo trabajan sobre la base del
saber teórico, además se avocan al saber práctico, técnico, metodológico y
social, a través del desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes y
valores.
Por lo tanto significa ayudar a los estudiantes a examinar a
profundidad unas cuentas ideas esenciales en lugar de bombardearlos con hechos
no relacionados con poca probabilidad de tener un impacto sobre el aprendizaje,
¿cuántas veces como docentes forzamos nuestra tarea a alcanzar los contenidos y
cumplir al 100% el programa?, cuando en ocasiones hasta los mismos contenidos
no están sugeridos a la realidad del entorno o el currículo no está orientado a
las necesidades sociales de la región.
Con respecto al aprendizaje
significativo (Ausubel), se dice que lo que el alumno
aprende debe tener un significado para él, y debe relacionarse con sus saberes
previos (andamiajes), pero además aquí destaca un elemento importante, la
funcionalidad de los aprendizajes, es decir, que tengan interés para los
estudiantes, que les sean útiles en su vida diaria. Al respecto, el enfoque por
competencias menciona que el desarrollo de ésta va más allá de la simple
memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones
dadas. La competencia implica la comprensión y transferencia de los
conocimientos a situaciones de la vida real; exige relacionar, interpretar,
inferir, interpolar, inventar, aplicar, transferir los saberes a la resolución
de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus
contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante
situaciones imprevistas o contingentes.
Y si hablamos del constructivismo
(Piaget) y el socio-constructivismo (Vygotsky), su fundamento principal se centra en el aprendizaje en general
a partir de la consideración de la adaptación de los individuos al medio,
dándole a la interacción social una gran importancia, más enfática en el
socio-constructivismo. Es decir, que los alumnos construyen su propio
aprendizaje, a partir de los elementos que les son proporcionados.
Evidentemente adoptar el enfoque por competencias nos compromete a los docentes
a un cambio profundo en el concepto de educación y en nuestra práctica, buscando
asegurar el aprendizaje de nuestros estudiantes y dejar de lado lo memorístico
y repetitivo. Es en este punto donde aún nos encontramos con que la mayoría de los
maestros presentan resistencias, dado que, a su parecer, no hay razón de
cambiar todo aquello que durante años les ha dado resultado, sin percatarse que
lo que ha cambiado son los estudiantes y la sociedad misma.
El enfoque por competencias se plantea como una alternativa para
el diseño curricular, mismo que involucra aspectos como una metodología en la
cual se pondera el saber hacer, visto no desde un enfoque conductista que se
limita al desarrollo de acciones o tareas, que tengan una evidencia medible,
cuantificable y observable, sino que tiene su fundamento en los principios
constructivistas y del aprendizaje significativo; no es el hacer por hacer, o
conocer simplemente como acumulación de saberes. Es un saber hacer en la
práctica, pero motivado en un aprendizaje significativo que se transfiere a
situaciones de la vida real y que implica la resolución de problemas en la
práctica.
Como docentes surge la inquietud en nuestro saber hacer,
incrementando la eficacia en nuestra práctica docente y en este nuevo modelo
educativo de la RIEB, para el desarrollo de competencias, podemos iniciar en
dos ejercicios fundamentales:
· Conocernos a sí mismos como
personas (con todas nuestras implicaciones y limitaciones formativas, educativas
y experimentales).
· Conocer a nuestros alumnos
(adentrarnos más en el desarrollo del perfil ideal de los alumnos, en el
conocimiento real de sus perfiles, expectativas e intereses, para de ahí
comenzar a planificar y ejecutar dichas planeaciones).
Tal vez integrarnos a una educación holística, sería la más
acertada, en el umbral del siglo XXI, dejando atrás la era de la información y
entrando a la era de la interdependencia es claro que se necesita una nueva
educación, acorde a las nuevas necesidades y dilemas de las culturas
emergentes. Tener una visón transdisciplinaria y holística se define en una
formación integral del ser humano,
atendiendo no solo el aspecto intelectual, sino el emocional, físico, social,
estético y espiritual.
"La educación holística es, sin duda,
la educación del siglo XXI, destinada a formar seres humanos con conciencia
planetaria, una visión de paz, amor e inteligencia" (Ramón Gallegos Nava)
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