El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños.


Graham Greene


viernes, 19 de diciembre de 2014

LA EXPRESIÓN ORAL DENTRO DEL AULA


EL ARTE DE LA PALABRA


La expresión oral constituye una destreza o habilidad de comunicación que no tiene sentido sin la comprensión, sin el procesamiento y la interpretación de lo escuchado. Implica la interacción y la bidireccionalidad en un contexto compartido y en una situación en la que se deben negociar los significados. La comunicación es una acción basada en destrezas expresivas e interpretativas, por lo que la expresión oral debe entenderse como tal, junto a la comprensión oral, la lectura y la escritura.

La escuela desempeña un papel importante en el desarrollo del lenguaje oral. Cuando se habla de lenguaje y escolaridad, en general se hace referencia al lenguaje escrito. Sin embargo, el lenguaje oral determinará en gran medida al lenguaje escrito, especialmente cuando éste se concibe como una forma de comunicación y no sólo como un mero automatismo. Así pues el lenguaje oral, que tiene primacía en la educación preescolar, debe propiciarse y ejercitarse durante toda la primaria (hablando del siguiente nivel).

Uno de los cambios más relevantes ha tenido que ver con el eje en torno al cual gira todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Uno de los propósitos de la enseñanza en la escuela debe ser el de desarrollar el dominio de las cuatro habilidades del lenguaje: hablar, escuchar, leer y escribir, sin perder de vista que por su interdependencia deben ser enseñados simultáneamente. El desarrollo de estas habilidades implica una atención a todo el proceso y no solo al resultado final.

Como consecuencia de esta atención al proceso, el alumno, que es el sujeto de ese proceso, se convierte en el eje del proceso de enseñanza y aprendizaje. En palabras de S. Fernández, “él es el único que puede activar su aprendizaje” (Fernández, 2004). Este fenómeno es lo que hoy en día se conoce como enseñanza centrada en el alumno.

Estar al frente de un grupo de niños que están por iniciarse en el área del lenguaje ha sido un reto, puesto que ha implicado un saber en todo el sentido de la palabra; saber escucharlos, saber corregirlos, saber guiarlos, saber entender lo que ellos piensan, entre otras cosas. Uno es el ejemplo para ellos, la manera en cómo les digamos que deben expresarse es como ellos lo harán; por eso nuestro papel como docentes es fundamental en esta etapa porque los alumnos esperan que esto sea algo innovador.

El papel que tengo como docente es de ser orientadora y guía dentro del proceso educativo, sin embargo, en la enseñanza de la lengua oral la escuela es un factor importante y cuando se está al frente de un grupo se nos considera como uno de los recursos más indispensables para el desarrollo efectivo del logro académico, pues somos nosotros los que debemos de aprovechar las potencialidades y habilidades que poseen los alumnos para promover mejores maneras de comunicación, que les faciliten a los niños satisfacer necesidades diversas y sobre todo, participar activamente dentro de la vida escolar y comunitaria.

Para el tratamiento del lenguaje oral he puesto en práctica un clima de cariño, confianza y seguridad donde el alumno se ha sentido interesado y en un ambiente agradable para poder hablar de manera espontánea expresándose con interés y de manera más correcta según la complejidad y la frecuencia en que se llevan a cabo estos intercambios orales; en este sentido, la motivación ha sido una herramienta fundamental para hacer amenas y dinámicas las situaciones comunicativas favoreciendo la competencia comunicativa oral.


Con estas prácticas, el lenguaje oral ha adquirido un sentido diferente en el aula, pues se ha visto como un proceso complejo que busca la construcción de significados mediante la coordinación de diferentes elementos: el contexto, el enseñante y el aprendiz son determinantes en la construcción.

Cuando el niño ingresa a la escuela, ya sabe hablar (como miembro de la especie humana posee una competencia lingüística que le permite entender y producir distintos enunciados); puede interactuar con relativo éxito en distintos contextos de comunicación y ha aprendido, en forma espontánea, algunas de las normas que rigen los usos de la lengua oral habituales en su entorno familiar y social.

“Sabe” que el lenguaje significa y sirve para diversos propósitos. Ha interiorizado el hecho de que hablando puede satisfacer sus necesidades materiales; influir en el comportamiento de quienes lo rodean; identificarse, manifestar su propio yo; relacionarse con otros; crear mundos imaginarios, fantásticos; comunicar sus experiencias y sus conocimientos.

Los niños adquieren de modo espontáneo, estos “saberes lingüísticos, textuales y pragmáticos”, fragmentados y rudimentarios, en los intercambios lingüísticos con el medio. Gracias a ellos se pueden desempeñar oralmente, con cierta eficacia, antes de concurrir a la escuela, dentro y fuera de ella.

En el grupo de primer año grupo “B” las diferentes expresiones verbales de cada uno de los alumnos reflejan el ambiente cultural de sus hogares, denotan la comunicación que existe en otros contextos. En algunos casos los niños se comportan de manera introvertida y por ende les cuesta trabajo comunicar sus ideas hacia los demás, sin embargo la mayoría de ellos están seguros y su confianza al hablar denota seguridad. 

La planificación escolar del trabajo con la lengua oral  ha concebido al aula como un escenario que da lugar a diferentes escenas o eventos comunicativos, dentro de los cuales se han articulado de manera específica y peculiar los principales componentes de los actos del habla: participantes, propósitos, estilos, instrumentos, entre otros. Esto ha permitido dar lugar a diferentes usos orales por parte de los alumnos e incluso de mi misma como docente.

Convertir el aula en un escenario comunicativo implica asumir que “únicamente con el uso o con estar expuesto al lenguaje de otros no basta, sino que hace falta una actuación intencional y adaptada por parte de quien domina el lenguaje en ayuda de quien tiene que adquirirlo.


Por ello no olvidemos que la comunicación oral estimula el desarrollo de la personalidad de los alumnos en las esferas cognitiva, afectiva, conductual y en procesos psicológicos complejos, tales como la autoconciencia, la autovaloración y los niveles de autorregulación. Nuestro papel es fundamental como docentes pero lo es también las personas que conviven con él a diario puesto que esto se verá reflejado en su actuar diario

lunes, 27 de enero de 2014

EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS




¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

No. La trivialidad, en el sentido de su generalización, reside en la concepción que se tiene del aprendizaje, pero no es éste en sí mismo. El aprendizaje va mucho más allá de sólo ser simples conocimientos que se hacen presentes en la relación de enseñanza-aprendizaje. Se refiere a la apropiación que los alumnos hacen de la realidad, del mundo. Pero tampoco se refiere a los datos en sí; sino que más bien se trata de todo ese cúmulo de información, en donde se construyen conocimientos propios y significativos para quien aprende. El problema es que está muy generalizado en las esferas educativas el énfasis en los contenidos y el mismo proceso, sin prestar atención a la identidad personal y la transformación del sujeto.

El proceso de aprendizaje no puede ser denotado como superficial, al contrario pocas veces reflexionamos o comprendemos como el ser humano aprende, pues el desconocimiento de las teorías cognitivas nos hace iletrados en ese sentido. Los principales procesos cognitivos inherentes a la naturaleza humana maduran de manera ordenada en el desarrollo humano y las experiencias pueden acelerar o retardar el momento que estos hagan su aparición, llevando finalmente al complejo proceso denominado Aprendizaje.  La información (datos) que recibimos de nuestro contexto social y ambiental, es por lo general no apreciada hasta que ésta nos da utilidad.

En este proceso educativo entendemos como competencia, a  una construcción social de interacción reflexiva y funcional de saberes significativos  -cognitivos, procedimentales, actitudinales y metacognitivos- enmarcada en principios valorales, que generan evidencias articuladas y potencia actuaciones transferibles a distintos contextos apoyadas en el conocimiento situacional (holístico, contextual y correccional), identificados a través de evidencias transformadas en realidad.

En la competencia  podemos distinguir diferentes tipos de saberes (interacción); el sujeto es consciente de cómo y por qué se aprendió (meta cognición)  y de qué formas se dan estas relaciones, además de identificar las posibilidades de mejora (reflexión). Saber, poder, y querer se alinean rumbo a un mismo objetivo (funcionalidad). Está presente un conocimiento de base, pero también un conocimiento que se desarrolla en la propia aplicación o realización de determinada actividad, dando como resultado la improvisación sustentada (conocimiento situacional). Es conveniente examinar la naturaleza del conocimiento y no sólo utilizarlo como una herramienta disponible (Edgar Morin); así los saberes implícitos en la competencia considerarían un meta conocimiento en el que se es capaz de reconocer e identificar el error y la ilusión, y un saber estratégico, que hace "referencia al saber implícito del experto que está en la base de su capacidad de utilizar conceptos, hechos, y procedimientos a fin de realizar tareas y resolver problemas".

Es aquí donde las estrategias de enseñanza como docentes surgen con gran relevancia, pues el planificar contenidos que sean útiles y  lúdicos para nuestros alumnos, es un reto; ubicarlos en situaciones problemáticas  reales de la vida cotidiana o global y obtener soluciones y aprendizajes significativos, significa como docentes estar al lado de ellos para aprender también y reflexionar de los errores y los éxitos.

El evaluar el conocimiento no debe basarse tan sólo en lo conceptual, pero cómo evaluar los procedimientos, actitudes y valores de los alumnos, cuando en ocasiones no somos justos y nos dejamos llevar por situaciones ajenas o que influyen en una ponderación. La evaluación es uno de los temas más complejos del quehacer educativo por qué en él intervienen factores institucionales, ideológicos, metodológicos y personales. 

La evaluación no sólo consiste en aplicar técnicas novedosas, sino que debe llevarse a la reflexión en torno a ella desde el servicio docente, sin dejar de considerar el contexto que la rodea. Calificar, medir, acreditar, certificar, retroalimentar y tomar decisiones son facetas de la evaluación, que integradas adecuadamente en el proceso educativo pueden acercar más a los procesos de formación, pues se trata de evaluar para construir la experiencia, para intentar hacerla más cercana a lo que en verdad sucede en un proceso de desempeño de los alumnos, para que se transforme en un intento por ver, reconocer, validar, y emitir un juicio, en un momento determinado del aprendizaje asimilado, expresado y reconstruido por parte de nuestros alumnos.



CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE



¿Qué concepciones de aprendizaje son congruentes con el enfoque por competencias y por qué?


La educación basada en competencias es y será un medio para la reflexión permanente, para el ejercicio de soñar con mejorar, aunque ese mejorar sea necesario perfilarlo en cada avance obtenido y con cada falla reflexionada, surge entonces la cuestión: ¿qué concepciones de aprendizajes nos parecen congruentes con el enfoque por competencia y por qué?

Existen algunas concepciones de aprendizaje que tienen algunos rasgos del enfoque por competencias, y que bien podrían ayudar en esta nueva concepción en la educación, entre ellas está el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje significativo y el constructivismo y socioconstructivismo.

El aprendizaje por descubrimiento (J. Bruner), le atribuye una gran importancia a la actividad directa de los estudiantes sobre la realidad, experimentando, descubriendo lo que es relevante, y comprendiendo las estructuras que se plantean en el entorno. El enfoque por competencias nos menciona que lo importante no es tener más conocimientos, sino el uso que hacemos de los mismos, “No es qué tanto sabes, sino lo que sabes hacer con lo que sabes”. Es decir, que las competencias no sólo trabajan sobre la base del saber teórico, además se avocan al saber práctico, técnico, metodológico y social, a través del desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes y valores.

Por lo tanto significa ayudar a los estudiantes a examinar a profundidad unas cuentas ideas esenciales en lugar de bombardearlos con hechos no relacionados con poca probabilidad de tener un impacto sobre el aprendizaje, ¿cuántas veces como docentes forzamos nuestra tarea a alcanzar los contenidos y cumplir al 100% el programa?, cuando en ocasiones hasta los mismos contenidos no están sugeridos a la realidad del entorno o el currículo no está orientado a las necesidades sociales de la región.

Con respecto al aprendizaje significativo (Ausubel), se dice que lo que el alumno aprende debe tener un significado para él, y debe relacionarse con sus saberes previos (andamiajes), pero además aquí destaca un elemento importante, la funcionalidad de los aprendizajes, es decir, que tengan interés para los estudiantes, que les sean útiles en su vida diaria. Al respecto, el enfoque por competencias menciona que el desarrollo de ésta va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La competencia implica la comprensión y transferencia de los conocimientos a situaciones de la vida real; exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar, inventar, aplicar, transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante situaciones imprevistas o contingentes.

Y si hablamos del constructivismo (Piaget) y el socio-constructivismo (Vygotsky), su fundamento principal se centra en el aprendizaje en general a partir de la consideración de la adaptación de los individuos al medio, dándole a la interacción social una gran importancia, más enfática en el socio-constructivismo. Es decir, que los alumnos construyen su propio aprendizaje, a partir de los elementos que les son proporcionados. Evidentemente adoptar el enfoque por competencias nos compromete a los docentes a un cambio profundo en el concepto de educación y en nuestra práctica, buscando asegurar el aprendizaje de nuestros estudiantes y dejar de lado lo memorístico y repetitivo. Es en este punto donde aún nos encontramos con que la mayoría de los maestros presentan resistencias, dado que, a su parecer, no hay razón de cambiar todo aquello que durante años les ha dado resultado, sin percatarse que lo que ha cambiado son los estudiantes y la sociedad misma.

El enfoque por competencias se plantea como una alternativa para el diseño curricular, mismo que involucra aspectos como una metodología en la cual se pondera el saber hacer, visto no desde un enfoque conductista que se limita al desarrollo de acciones o tareas, que tengan una evidencia medible, cuantificable y observable, sino que tiene su fundamento en los principios constructivistas y del aprendizaje significativo; no es el hacer por hacer, o conocer simplemente como acumulación de saberes. Es un saber hacer en la práctica, pero motivado en un aprendizaje significativo que se transfiere a situaciones de la vida real y que implica la resolución de problemas en la práctica.

Como docentes surge la inquietud en nuestro saber hacer, incrementando la eficacia en nuestra práctica docente y en este nuevo modelo educativo de la RIEB, para el desarrollo de competencias, podemos iniciar en dos ejercicios fundamentales:

·      Conocernos a sí mismos como personas (con todas nuestras implicaciones y limitaciones formativas, educativas y experimentales).
·    Conocer a nuestros alumnos (adentrarnos más en el desarrollo del perfil ideal de los alumnos, en el conocimiento real de sus perfiles, expectativas e intereses, para de ahí comenzar a planificar y ejecutar dichas planeaciones).

Tal vez integrarnos a una educación holística, sería la más acertada, en el umbral del siglo XXI, dejando atrás la era de la información y entrando a la era de la interdependencia es claro que se necesita una nueva educación, acorde a las nuevas necesidades y dilemas de las culturas emergentes. Tener una visón transdisciplinaria y holística se define en una formación integral del ser  humano, atendiendo no solo el aspecto intelectual, sino el emocional, físico, social, estético y espiritual.

"La educación holística es, sin duda, la educación del siglo XXI, destinada a formar seres humanos con conciencia planetaria, una visión de paz, amor e inteligencia" (Ramón Gallegos Nava)



martes, 31 de diciembre de 2013

DIAGNÓSTICO SOCIOEDUCATIVO


EL ENTORNO

Cuando hablamos de la relación entre educación y las necesidades sociales del individuo, nos estamos refiriendo necesariamente a un asunto complejo: el de la relevancia de la educación. Parte de su complejidad se expresa en el hecho de que, por un lado, los individuos tenemos necesidades sociales, muchas de las cuales deben ser atendidas por el servicio educativo en el sentido de proporcionar las competencias para satisfacerlas. Por otro lado, la sociedad tiene necesidades, algunas de las cuales son planteadas por función o como exigencia al servicio educativo.

El asunto se complica aún más cuando a esta duplicidad de destinatarios del servicio educativo añadimos el hecho de que la Educación es, por definición, un servicio que se trabaja en el presente y para el futuro, pues forma a sujetos que serán adultos y ciudadanos en pleno derecho en un horizonte temporal cuya realidad difícilmente alcanzamos a vislumbrar; por ende, un papel a desempeñar, tiende a que la educación brinde la posibilidad de satisfacer las necesidades sociales. Mismas que suelen converger en una convivencia sana, provechosa y constructiva con sus semejantes, y para ello requiere: comunicarse, entendiendo  esta como la competencia a desarrollar y enfatizarla en la comunidad escolar.

También debe contar con elementos que le ayuden a entender al otro y a los otros, ubicándolos en el tiempo y el espacio; mediante una escucha y habla efectiva donde el rol de la escuela se dirija a la comprensión y el respeto por el otro; en el ambiente escolar el sujeto debe aprender a enfrentar problemas y resolverlos de manera individual, sin olvidar que el trabajo en equipo es una habilidad a fomentar en la institución, así, el niño logrará desempeñarse de manera adecuada en un ambiente democrático, observando a la democracia como una forma de vida. Esta necesidad social le exige a la escuela que brinde a los alumnos múltiples oportunidades para participar, tomar iniciativas, cuestionar reglamentos, etc., la escuela es un sitio privilegiado para el desarrollo de competencias implícitas en esta necesidad pues constituye en sí misma una microsociedad que puede auto organizarse como una verdadera democracia.

Ahora bien, todo lo anterior se ve fuertemente potenciado en la medida en que el sujeto logra desarrollar otras competencias básicas tales como la de buscar información, la de razonar, la de pensar, la de reflexionar sobre su aprendizaje y su pensamiento (metacognición, metapensamiento), la de seguir aprendiendo de la escuela y de la vida. Pero estas habilidades, por sí solas, no garantizan el aprendizaje para convivir (las competencias para satisfacer las necesidades sociales), ni las competencias sociales, por sí solas, aseguran el desarrollo de habilidades cognitivas fundamentales y superiores. Es función de la escuela no sólo desarrollar ambos conjuntos de habilidades y competencias, sino también –sin duda lo más difícil- ponerlas en relación. 

La restructuración de las escuelas y de la vida escolar, en cambio, se ha trabajado poco en este proceso de Reforma Educativa, si bien existe la conciencia de la necesidad de hacerlo. La escuela, como microsociedad que educa, ha de ser transformada de manera tal que su organización y su vida cotidiana formen a los alumnos en el mismo sentido, pero con otros medios que le son propios, que el perseguido en la Reforma Curricular. Dicha restructuración incluye un trabajo en colegiado por parte de los docentes, así como una vinculación más estrecha con padres de familia y con la sociedad.

En la propuesta curricular 2011, se considera central ofrecer oportunidades de aprendizaje que permitan al estudiante hacerlo significativo y utilizarlo en diversos aspectos de su vida cotidiana: cuando debe resolver cuestiones de conteo, en sus formas de comunicación, en su interés por comprender su entorno social, o bien en el cuidado de su salud. Esta perspectiva considera que los alumnos poseen capacidades, experiencias y conocimientos que han adquirido en el ambiente familiar donde se desenvuelven, y que han sido reforzados en el nivel escolar previo.

En ese sentido, deben tener presente que una competencia o capacidad no se adquiere de manera definitiva, sino que amplía y enriquece en función de la experiencia, los retos que enfrenta el individuo durante su vida, y los problemas que logra resolver. Pasar de un enfoque frontal centrado en el manejo de la información a uno basado en el desarrollo de competencias, implica el diseño de situaciones didácticas que signifiquen desafíos y que se estructuren paulatinamente en niveles de logro.

Estas ideas de cambio en la Educación –pasar de un modelo de enseñanza a otro que lleve a la participación de los alumnos- no es nueva, pero adquiere un significado diferente en el contexto del mundo actual. Este tema se ha venido concretando a nivel nacional bajo la óptica de lo que se denomina “Formación por competencias”.

DIAGNÓSTICO SOCIOEDUCATIVO
ESCUELA PRIMARIA “MIGUEL HIDALGO”
2° “B”

La República Mexicana está constituida por 31 estados y un Distrito Federal, es decir 32 entidades federativas, todas unidas bajo un pacto para resolver los problemas generales que las afectan y establecer relaciones con los demás estados.

Tlaxcala es el estado número veintinueve; su capital recibe el mismo nombre. Etimológicamente significa “en el peñasco” derivado de dos raíces Texcalli (peñasco) y lan (lugar). Sin embargo no es el único significado que recibe, puesto que antes de la llegada de los españoles, los indígenas usaban la palabra de origen náhuatl Tlaxcallan para nombrar su territorio, con un significado equivalente a “lugar del pan de maíz” o “lugar de la tortilla de maíz”.  En el glifo que representa a Tlaxcala se pueden observar elementos que hacen referencia a ambos significados: dos cerros pintados de verde porque en esa época había muchos bosques y dos manos sosteniendo una tortilla.

Tlaxcala está limitado por tres estados: hacia el norte, este y sur limita con Puebla; al oeste con el Estado de México y hacia el norte y este con Hidalgo. Tiene una extensión territorial de 4060.93 kilómetros cuadrados, por lo que es el segundo estado más pequeño y se localiza a una altitud sobre el nivel del mar de 2,252 metros. El Censo de Población 2010, nos revela una población de 1 169 936 habitantes en total, de los cuales 604 161 son mujeres y 565 775 hombres. Políticamente se divide en 60 municipios, entre ellos Santa Ana Chiautempan.

Chiautempan significa “en la orilla de la ciénega”. En esta pequeña población la principal actividad es la fabricación de sarapes, jorongos, saltillos, cobijas y los famosos gobelinos de lana. Actualmente Santa Ana Chiautempan es un centro textil de gran relevancia, se pueden encontrar tanto factorías de grandes dimensiones, como pequeños talleres familiares, donde algunas familias aún elaboran los textiles de fibras naturales. Son fervientemente religiosos y su celebración principal es la última semana de julio celebrando a Nuestra Señora de Santa Ana. Hasta estas fechas conservan inalterables muchas de sus costumbres.

En Santa Ana Chiautempan existe gran variedad de alimentos dentro de los que destacan: el mole prieto de guajolote, barbacoa blanca de hoyo o en mixiote, el guisado de haba, junto con las frutas como el capulín, tejocote, pera, durazno y calabaza, acompañado con la bebida del pulque natural considerado la bebida de los dioses, el cual complementa la delicia de la gastronomía de este municipio. Tiene 6152 habitantes (Censo, 2010), de los cuales 3469 son mujeres y 2683 son hombres.

Posee todos los servicios públicos necesarios como son: agua potable, luz eléctrica, gas doméstico, alcantarillado, drenaje, teléfono, transporte público, servicio de cable (televisión), correo, internet, entre otros. Su ubicación estratégica ha permitido la edificación de construcciones importantes para el estado. Cerca de la colonia “El Alto”, está ubicada la carretera que comunica al estado de Tlaxcala con Puebla, por lo que diversas líneas de trasporte público transitan ésta vía corta (denominación que se le ha dado); esto mismo permite que haya movimiento de automóviles de manera permanente. Sus calles son muy transitadas provocando en algunas ocasiones caos vial.

La población que la habita es diversa, debido a la multiculturalidad de los mismos. La actividad económica es variada, se observa que solo una pequeña población son profesionistas como: profesores, abogados, médicos, licenciados, entre otros; pero también hay personas que solo tienen la secundaria y algunos otros la preparatoria, lo que permite que solo muy pocos tengan carrera técnica y se desempeñen en trabajos informales y algunos otros trabajen el sector manufacturero. La mayoría de los habitantes son personas foráneas, que llegaron a establecerse en la colonia en busca de un mejor empleo y siendo ésta un lugar cercano a la ciudad es como ellos deciden habitarla. La autoridad máxima de la colonia es nombrado delegado (a) quien junto con un secretario (a) ostentan el poder; ambos son electos de manera democrática cuando hay relevo de gobierno municipal.

La religión que prevalece es la católica y celebran el día 12 de diciembre su fiesta patronal dedicada a la Virgen de Guadalupe, mismo nombre que recibe la parroquia del lugar. Entre las fechas que celebran están: 6 de Enero, 2 de Febrero, Semana Santa, Día del Niño, 10 de mayo, Feria de todos Santos, 2 de Noviembre, Navidad y Año Nuevo. Mismas que son festejadas en cada familia de manera particular. Por estar cerca de la capital, comparte dos tradiciones: el Carnaval y Semana Santa. En los cuales los habitantes participan con gran entusiasmo.

Respecto al sector salud, existen a su alrededor clínicas, consultorios privados que están dispersos en las calles de la colonia y algunas instancias cercanas como el ISSSTE y el IMSS. Debido a que la colonia se encuentra en una zona alta, las enfermedades que más padecen los alumnos (as) son las respiratorias, siendo éstas algunas de las causas por las que llegan a ausentarse de clases. Existe otro problema que es la desnutrición aunada a la mala alimentación que se les brinda en casa y que no es supervisada por sus familiares. Gracias a la existencia de consultorios y clínicas es como se les brinda la ayuda de manera en que todos los habitantes tengan acceso a una buena atención médica.

En lo que se refiere al sector educativo, existen escuelas particulares, desde nivel preescolar, primaria, secundaria y bachillerato, 3 instancias infantiles, 1 preescolar, 1 secundaria, 1 universidad y 1 primaria con doble turno; a este último subsistema pertenece la escuela primaria “Miguel Hidalgo”, cuyo origen de su nombre se debe gracias al iniciador de la lucha por la independencia, El cura Don Miguel Hidalgo y Costilla; considerado como el “Padre de la Patria”. Su fundación se remonta a los años 40´s donde se impartían clases en las casas, ubicadas alrededor en lo que ahora es el centro de Chiautempan. En el año de 1957 se fundaron los primeros edificios en la Colonia en Alto, desde entonces recibió este nombre. 

Para ese entonces contaba sólo con 3 salones funcionando como escuela bidocente. En ese entonces la función principal de los profesores era la de enseñar a leer, escribir y manejar las operaciones básicas. Poco a poco fue creciendo la matrícula escolar, por lo que en el año de 1969 la federación determina nominarla urbana, y no sólo por la cantidad de alumnos, sino también porque el contexto y los servicios con los que contaba la colonia ya eran los idóneos para poder considerarla de esta manera. 

Actualmente la Escuela Primaria Miguel Hidalgo, con clave 29DPRO148U, se ubica en la Colonia El Alto, Chiautempan, Tlaxcala. Su director es el Maestro Bernabé Saavedra. La institución pertenece al sistema  federal transferido, es parte de la zona escolar 40, dirigida por el Profesor José Dolores Padilla quien funge como supervisor y pertenece al sector educativo 04 a cargo del Profesor Patricio Pérez Castillo, como jefe de sector. La organización es completa y tiene un horario de 8:00 a 13:00 horas y solamente en periodo invernal se recorre media hora, trabajando de 8:30 a 13:00 horas, de lunes a viernes, respetando el calendario escolar.

Su edificación es de block, tabique, cemento y varilla, la protege una barda de cemento con rejas. Las aulas son de concreto, revocadas y pintadas, con un techo de dos aguas, con puertas de lámina y ventanas amplias que permiten que haya una buena iluminación en cada una. Existen dos puertas principales, una que da acceso al turno matutino y la segunda al turno vespertino. Tiene una cancha de basquetbol que a su vez es utilizada para realizar actos cívicos-sociales, del mismo modo para las actividades de educación física. En esta misma se encuentra el asta bandera. Hay un área en la parte trasera del patio, que se utiliza para que los alumnos jueguen futbol a la hora de recreo.

La institución posee 14 aulas, de las cuales 12 se ocupan para impartir clases en cada grado (1° a 6°) habiendo dos de cada uno (A y B), otra para la sala de cómputo (aula de medios) y una más para la biblioteca,  una dirección, un salón de inglés, un espacio para el docente de educación física, una bodega donde se guardan materiales deportivos y de limpieza, a un lado de ésta hay un espacio donde se ubica el comedor y que a su vez funge como cooperativa y  dos sanitarios uno para niñas y otro para niños. A un lado de la biblioteca hay un aula en obra negra, que fungirá como aula para los maestros de USAER; sin embargo está muy lento este proyecto.

Debido a que la escuela está construida en forma de cuchilla, no tiene espacios aptos para que los alumnos jueguen; sin embargo se han adaptado bancas y juegos atrás de los salones de primero, con la finalidad de ser utilizadas por los mismos. Prevalecen algunas áreas verdes y árboles que rodean una parte de la cancha de futbol. Por ser una escuela de organización completa, cuenta con personal para cada área: un director, un profesor adjunto (subdirector), doce profesores frente a grupo, un profesor de educación física, un profesor de educación especial (USAER), de lenguaje y un psicólogo;  y un auxiliar  de mantenimiento (intendencia). 

Para el buen funcionamiento de la institución educativa, se formó el Consejo Técnico que está integrado por los profesores; estando al frente un presidente que es el director de la escuela, una secretaria y los demás fungen como vocales. Así mismo existen diferentes comisiones denominadas permanentes: acción social, cooperativa, biblioteca escolar, higiene y puntualidad escolar, periódico escolar, computación y simulacro.
Además hay un comité de Padres de Familia, que está conformado por un presidente, un vicepresidente, un tesorero, un secretario y seis vocales; que trabajan en coordinación con la dirección para dar apoyo a la escuela en diversos aspectos cívicos, sociales y de mantenimiento.

La comunidad escolar está conformada por 468 alumnos, distribuidos en los diferentes grados y grupos. Dentro de la institución podemos distinguir las aulas de acuerdo a la ubicación de grados, el grupo que atiendo durante el ciclo escolar 2013-2014, es el 2° “B”; éste, se ubica a un costado de la cancha de basquetbol. El salón está construido con materiales de concreto, block, arena, grava y cemento; sus paredes están revocadas, el techo en forma de dos aguas cubierto de varilla en su colado, sus ventanas y puerta son de estructura metálica, piso de azulejo color blanco, tiene una superficie total de 48 metros cuadrados (6x8m). Su exterior está pintado de color verde y el interior color crema, mismo que permite una buena iluminación.

En el aula están distribuidas 20 mesas binarias y 40 sillas, que dan cabida a los 40 alumnos del grupo, de los cuales 18 son niños y 22 son niñas. También hay un pizarrón de acrílico, un stand de metal que se utiliza como exhibidor, un escritorio, una silla para el maestro, un mueble de madera que sirve para guardar material didáctico y de higiene y cuatro portalibros de plástico que sirven para los libros de la biblioteca áulica.

Las edades de los alumnos que atiendo oscilan entre los 7 y 8 años. Al inicio del curso escolar observé que la organización del grupo era cambiante, puesto que su regreso a la primaria pero a un segundo grado les permitía tratarse con más confianza y aún seguían buscando jugar entre pares; sin embargo seguían sintiendo miedo a lo que les pudiera pasar, por eso mismo la manera en que se sientan es oscilatoria, por lo regular toman su lugar conforme van llegando al aula. Por ser pequeños platican mucho, les gusta jugar y sobre todo pedir permiso para ir al baño a cada rato.

Es un grupo que presenta dificultades para seguir reglas y  patrones de conducta positivos; cuando se trabaja en equipo, entre ellos delegan la responsabilidad del trabajo en un solo integrante. Al evaluarlos aplico rúbricas, las cuales han arrojado un aprovechamiento escolar muy bajo; esto ha traído como consecuencias que se carezca de un ambiente áulico favorable para el aprendizaje mismo que es perjudicado por la indisciplina de los alumnos (as), asimismo que los padres de familia han responsabilizado a la escuela como la única instancia para resolver problemas de carácter educativos, y algo importante es que hay una falta de identidad de los padres para con la tarea educativa.

Se ha llegado a un grado de apatía hacia los estudios, los pequeñitos creen que el desempeño que muestran es idóneo, pero no se esmeran por sacar buenas notas; de 40 alumnos que conforman el grupo, 15 tienen un rendimiento bajo. Esto se ha visto afectado por la falta de responsabilidad de los padres de familia para con sus hijos (as). Pese a que es un contexto urbano algunos padres de familia siguen pensando que es el maestro el único que tiene la responsabilidad de resolver los problemas al interior del aula.

Me parece importante rescatar el hecho de que el proceso educativo es función de tres actores: padre de familia, alumno y docente. Generalmente la relación entre docentes y padres de familia se limita a la entrega de boletas de calificaciones, organización de algún evento social e informes de la mala conducta de los niños o del bajo aprovechamiento escolar. Son pocas las ocasiones en las que estos espacios tienen como finalidad analizar algunos aspectos como: la convivencia familiar, la comunicación, la relación afectiva entre padres e hijos, y la orientación para que apoyen el trabajo escolar en casa. 

Es necesario que juntos, maestros y padres de familia encontremos mejores formas de trato hacia los niños. Para ello se requiere que planeemos esta coordinación; es decir, formulemos estrategias y condiciones para lograrlo; es decir realizar un plan de acción que desde nuestra función podamos atender. Muchas veces los padres requieren mayor información acerca del desarrollo de sus hijos y de cómo tratarlos. Desde la función como maestra puedo promover reuniones en donde algunos especialistas hablen sobre las características del niño y los padres externen sus dudas y construyan alternativas de solución para mejorar su relación con ellos.

En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa, más allá de las aportaciones puntuales de información sobre los hijos, en la medida que lo requiera como maestra: esto es, trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en orden a un proyecto común de educación. Si no se produce ese acuerdo previo sobre cómo y para qué queremos educar a sus hijos (as), la disfuncionalidad en la relación padres-maestros y en el mismo proceso educativo, estará asegurada. Una escuela no puede limitar su actividad a los campos que sean de su exclusivo interés, sin atender a las necesidades de la familia. Esa peculiar relación de confianza-servicio deberá ser característica de la escuela. El proceso educativo no es responsabilidad meramente del niño, del docente o de la escuela, sino que de cierta manera involucra a los padres de familia, puesto que lo que se trata de hacer es que maestros y padres de familia tratemos de encontrar mejores formas de trato hacia los niños y estrategias para ayudarles a superar sus dificultades.

Por ello considero que en el proceso enseñanza-aprendizaje el maestro y el alumno no debemos estar solos, sino que hemos de contar con el apoyo de los padres de familia el cual es indispensable y se refleja en el aprovechamiento escolar. Como maestros podemos y debemos ponerle todo el empeño y esfuerzo a nuestra práctica docente teniendo en cuenta las necesidades cognitivas, y también las ganas y el interés que el educando tiene para aprender .


Ahora me hago un cuestionamiento que surge a raíz de mi problemática: ¿cómo lograr un compromiso adecuado de los padres de familia en el proceso educativo, sin que se convierta en una interferencia intolerable con el mismo?

lunes, 2 de diciembre de 2013

LA AVENTURA DE SER DOCENTE


Desde pequeña soñaba ser maestra y aunque tuve la oportunidad de estudiar la universidad, siempre me inclinaba hacia la docencia. Una vez que terminé la Licenciatura en Educación Primaria (2008-2012), presenté el examen de oposición para poder ser acreedora a una plaza docente, esto fue en el año 2012, para mi satisfacción resulté ser una candidata para obtener un trabajo, en efecto me gané la plaza a través de este concurso. Durante ese mismo año ingresé al sistema, para ser exacta el 01 de septiembre del año 2012.

Por ser de nuevo ingreso me mandaron a un contexto rural, bueno a mi parecer semi rural porque cuenta con la mayoría de los servicios, además de que está muy bien comunicada la comunidad en donde comencé a trabajar. Fue toda una experiencia empezar a trabajar en este tipo de contexto, en donde la figura del maestro es valorada por las personas que habitan la colonia. Realmente se respira un ambiente de tranquilidad y compromiso por parte de los padres de familia e incluso de los propios alumnos.Al llegar a esta escuela, me encontré con la sorpresa de que por  no haberse completado la matrícula de primer año, tuvieron que fusionar primero y segundo, y por ende sería yo la que atendería ambos grados. 

Debo confesar que esto creó en mí un reto y a la vez una preocupación porque sin tener la experiencia me preguntaba qué es lo que debía hacer y deduje que tenía que ocuparme en lugar de preocuparme. Tenía las herramientas solo era cuestión de ponerlas en práctica.Una vez estando al frente de mis pequeños alumnos supe que no me había equivocado de profesión, y fue precisamente en donde me inicié como profesora frente a grupo y donde comencé mi trayecto laboral.Tengo 1 año 2 meses de servicio y me siento muy orgullosa de ser profesora de educación primaria, ser maestra es algo maravilloso, y siempre he dicho que al amor transforma mentes y lejos de ir a ser una simple enciclopedia que sabe todo (porque así nos percibe la sociedad) quiero hacer de mis alumnos seres brillantes, capaces de ser libres dentro de este mundo de limitaciones, que piensen, razonen y se sientan partícipes de lo que les corresponde hacer.

Soy de las personas que se compromete con lo que hace, amo mi trabajo, doy quizá más del tiempo establecido en una jornada de trabajo, y no es porque sea joven o porque comience a trabajar (como la mayoría de las personas me lo expresan), más bien se trata del COMPROMISO que tengo para con mi trabajo. Son personas las que estoy formando y como tales deben ser tratadas. En cuanto a las funciones que desempeño, la principal es que tengo a mi cargo la enseñanza frente a grupo, en este caso con dos grados.

Desde mi punto de vista podría decir que me gusta cómo llevo a cabo mi trabajo, sin embargo siempre habrá cosas por mejorar. Con mis pequeños (as) realizo infinidad de cosas, pero lo más importante para mí es que ellos se sientan bien, jugando, cantando, bailando, pintando, escribiendo, redactando, contando, entre otras estrategias. Algo que hago es predicar con el ejemplo y lo aplico para con los padres de familia también y es que debemos estar conscientes de que somos piezas clave en el proceso educativo, quizá hasta un modelo para los actores que intervienen en él.

Mis expectativas sobre mi práctica docente son altas y quizá hasta un poco utópicas, sin embargo nuestra mejor carta de recomendación será nuestro trabajo y eso es lo que debemos de hacer en tiempo y forma y de la manera que nos corresponda. Ser docente me ha permitido crecer personal y profesionalmente, entender que si algo queremos cambiar debe comenzar por nosotros mismos. 

Es cierto, no es nada fácil, pero tampoco es imposible, solo es cuestión de que demos un plus y valoremos nuestro trabajo como lo que es, una profesión humana y llena de calidad por todo aquello que somos capaces de transformar. A diario me propongo ser una maestra para recordar y es que eso es lo que deseo con el corazón, que mis alumnos recuerden lo divertido que fue aprender, pero aprender para la vida. Una vez que se está dentro del sistema, uno decide si ser igual que todos o ser diferente por tener la capacidad de poder tomar decisiones conforme a lo que nos enfrentamos. Prueba viva esta que el prepararse nos abrirá muchas puertas, pero la más importante es poder transformar nuestra práctica docente.

PROFESORA
ELIZABETH LÓPEZ HERNÁNDEZ

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA


 
Estudié la Licenciatura en Educación Primaria, en la Escuela Normal Urbana Federal “Lic. Emilio Sánchez Piedras”, en el estado de Tlaxcala. Egresé en el año 2012. Una vez ya estando dentro de la normal, no tuve ningún problema académico, a lado de otros compañeros siento que no carecía de información respecto a la carrera, me sentía inmiscuida en todo lo relacionado al ámbito educativo. Durante mis cuatro años de formación, participé en todos los eventos a los que me invitaban, congresos entre normales, foros educativos, ponencias en la normal, exposiciones, demostraciones de trabajos, organización de eventos, un sinfín de actividades que marcaron mi práctica docente y que fortalecieron mi identidad como maestra.

Respecto a las visitas y prácticas que hacíamos a las primarias, siempre me involucraba con el trabajo del maestro titular, nunca puse un pero para hacer algo, al contrario me mostraba siempre animosa y colaborativa con los alumnos, padres y maestros de los diferentes centros escolares a los que acudí. Siempre me ha gustado interactuar con los alumnos, platicar, hacerme su amiga; además de dar clases, tengo una ideología que siento que me ha funcionado y es que recuerdo tanto una frase que dice: “Educar es amar, con la ilusión de que un día esa semilla germinará”, y es que si educamos con amor (Lidia Turner) podremos hacer maravillas con esas mentes que poseen los alumnos en sus diferentes facetas.

Soy de las personas que da su tiempo y más del que debe para con sus alumnos, empatizo y pienso en aquellas actividades que puedan arrojarme resultados visibles y duraderos, no efímeros ni instantáneos. Me gusta hacer material didáctico, preparar mis clases y hacer todo lo humanamente posible para mis alumnos.  No se trata de juventud sino de amor a lo que hacemos, compromiso docente, de identificarnos con la educación.

Bueno durante toda mi carrera mostré actitudes positivas, siempre busque alternativas de trabajo y sugerencias enriquecedoras, al término de mis estudios en mi último semestre tenía que elegir una problemática para mi documento recepcional y fue aquí donde tuve que persuadir sobre un tema que me llamaba la atención y fue: Cómo se adquieren las prácticas sociales en niños de primer grado, es decir cómo es que los alumnos aprender a leer escribir, hablar y escuchar desde los primeros años de educación primaria, tuve que darme a la tarea de investigar sobre todo lo referente al tema y es que era tan amplio y ambicioso a la vez que opté por escribir sobre lo que a mi parecer recaía en mi problemática, realmente fue una año enriquecedor, mi maestra titular me dio la apertura de atender al grupo como si fuese yo la maestra de base, y eso hizo que me sintiera en confianza y pudiera desempeñar mi trabajo con éxito.

Llegado el momento de defender mi documento recepcional, me encontraba frente a tres sinodales que desconocían lo que realmente había vivido dentro del aula y es que no acabaría de escribir todo lo que sucedió y que finalmente enriqueció mi amor por educar (enseñar), lograr que mis pequeños aprendieran jugando, platicando, corriendo, contando, narrando, etc.

Mi examen profesional duró aproximadamente cuatro horas y es que tuve dos rondas de preguntas, y al final logré una MENCIÓN HONORIFICA, muy contenta me titulé porqué fue aquí cuando recordé todo lo que tuve que pasar para darme cuenta de que ser maestra era mi verdadera vocación. Pero ahí no terminaba todo, al contrario empezaba todo, tenía que salir al mundo, tenía que salir a demostrar de qué estaba hecha, y fue así que una vez egresada, saqué ficha para presentar examen de oposición para adquirir una plaza docente y estaba segura de que si era legal el proceso podría aspirar a obtener una. 

Me dedique a leer y llegado el día del examen supe que lo iba a lograr, quince días después publicaron los resultados y para mi satisfacción fui acreedora a una PLAZA DOCENTE, sentí que esto apenas empezaba y que las cosas llegan por sí solas. Era tanta mi felicidad que recuerdo que esas vacaciones que pasé fueron las más tranquilas porque sabía que ya tenía trabajo y que gracias al esfuerzo y al empeño que coloqué en toda mi formación profesional es como logre obtener un trabajo digno de todos los sacrificios y pruebas que tuve que pasar. Aún recuerdo que uno de mis sinodales me pregunto que cuáles era mi proyecto de vida, y a esto respondí que me gustaría estudiar la maestría y seguir preparándome porque en un futuro me gustaría poder trabajar fuera del país si es que todo sale como lo tengo pensado, que no quería quedarme con la licenciatura porque mis aspiraciones son grandes y en grande debo pensar.

Una vez ya aceptada en el sistema de nivel Primaria, me ubicaron y fue cuando me mandaron al Sector 06 Zona 22, iba a disposición de la misma. Esta zona está en Hueyotlipan, cuando me enteré no sabía ni donde estaba este lugar, era tanta mi emoción y miedo a la vez porque ya no iba a la escuela, ahora me tenía que presentar a mi trabajo, y lo hice, la supervisora me ubicó en la Colonia Adolfo López Mateos en Hueyotlipan.

Recuerdo que ese día la directora de este plantel se encontraba en la supervisión y fue ella quien me llevo a la primaria y me presentó al personal que laboraba en ella. Era tanta mi incertidumbre porque no sabía que grado me iba a dar y sorpresa me asignaron primer y segundo grado, para mí fue un reto desde que me lo dijo, porque recordaba mi formación en la normal y jamás nos dijeron cómo trabajar con dos grupos, jamás nos guiaron sobre esas situaciones que se viven fuera de la escuela, y es cuando me propuse ser una maestra para recordar y seguir con mi ideología. No lo negaré, al principio me costó, el hecho de viajar una hora también me pesaba pero pensaba en mis alumnos y sentía que todo valía la pena por ellos, que no estaba ahí por un salario, estaba ahí por un compromiso, porque de verdad amo mi profesión.

Pasaba el tiempo y me adapté a la comunidad, los padres de familia me aceptaron muy bien y es que será que ellos lo que quieren es trabajo y eso es lo que yo hago dentro de mi aula, involucro a cada uno y lejos de terminar planes y programas, libros de texto y cuestiones que nos rige el sistema, lo que hago es crear en los alumnos ese sentido de pertenencia, de luchar, de querer ser alguien más, de amar, de respetar a los suyos, de asistir a gusto a clases, y es que si logramos todo esto, el trabajo por sí solo dará sus frutos.

Atender dos grados no era fácil, al principio me sentía ofuscada, no sabía por dónde comenzar pero tuve que darme a la tarea de recurrir a mis padres, tíos y amigos maestros para que me dieran sugerencias de trabajo y poco a poco fue creando mi estilo de trabajo, inventé estrategias, modifique otras, pero siempre teniendo en mente que mis pequeños aprendieran. Realicé un diagnóstico grupal, para saber qué es lo que debía fortalecer en segundo grado y por dónde comenzar con primer grado. Recibí 6 alumnos de primero y 18 de segundo grado. Aparentemente eran pocos pero dentro de ellos tenía casos especiales.

En primer año tuve a un alumno con problemas de lenguaje, no oía y le costaba hablar, esto fue a causa de que a los tres años ingirió veneno para moscas y por ende le atrofio el sistema del habla, fue muy difícil esta situación porque debía comunicarme con él a través de señas y hablar fuerte para que pudiera entender lo que decía y lo repitiera. A medida que fue pasando el tiempo, aprendí a hablar con el utilizando todo lo que estuviese a mi alcance y lo más impresionante es que sus propios compañeros ya sabían cómo tratarlo y eso ayudo a que el grupo se mantuviera unido.

También tuve otro niño con un problema visual, tenía un lunar en el ojo pero era maligno porque le interrumpía la visión, además de que este alumno por su mismo problema solo fue al preescolar un año y por ende su desarrollo motriz no era bueno, tenía problemas conductuales y era muy mimado en su casa, y por lo de su ojito no se le podía ni tocar al pequeño.

En segundo grado tuve 3 casos y estos si estaban ya canalizados con algunas instancias como lo son el CAM. Tuve un alumno de 8 años de edad en segundo grado, cuando llegué lo primero que hizo fue decirme: “dientes” y yo lo abracé, y es que todos los días debía mostrarle mis dientes y no porque estuvieran bonitos sino porque le llamaban la atención los braquets, todo lo que brillara lo distaría. Lo veía tan indefenso que mi propósito era que su actitud cambiara, que primero debía centrarlo en el espacio y tiempo, que tenía que cambiar esos arranques que tenía de repente.

Recuerdo que le gustaba jugar mucho con la computadora, los celulares, tenía una habilidad sorprendente y es que se enojaba si no se le daban las cosas, por lo que decidí empezar a darle confianza para que el pudiera sentirse parte de un grupo, confieso que me dio mucho miedo no saber qué hacer con él, la formación que recibí nunca tratamos este tipo de casos, no es lo mismo saber que existen a tenerlos dentro de la práctica docente.  Este pequeñito se pegaba en la pared, lloraba porque no le daba lo que quería, le pegaba a sus compañeros pero porque ellos lo provocaban. 

Poco a poco fui dándole encomiendas que debía realizar en el salón y así controlara sus conductas. Pase momentos muy tristes como el hecho de observar cómo se salía del salón gritando por su mamá, o cuando se pegaba en el piso o la pared; pero también pase momentos muy bonitos como el hecho de ir viendo como cambiaba y controlaba su carácter. Todos los días lo abrazaba y le decía que lo amaba y es como fue sintiendo confianza hasta lograr su cambio.

Tuve otro caso de una pequeñita que presentaba un diagnóstico de autismo (supuestamente), cuando llegué ella se mostraba solitaria, ausente, se mecía mucho en su silla, gritaba y lloraba de repente. Recuerdo un día que vio una piedra grande y empezó a llorar y diciendo que se iba a morir el huevo, entonces si me desconcerté pero su mamá ya un tiempo después me dijo que tienen un criadero de huevos y ella lo relacionaba con eso. Fue un caso difícil pero tuve que buscar estrategias que favorecieran su desarrollo y se integrara al grupo, poco a poco fue cambiando y de acuerdo al diagnóstico emitido por algunos doctores, padece un retraso mental y requiere de apoyo, por lo que asistió a estas regularizaciones y también a la escuela regular.

También tuve a otra pequeñita que tenía problemas de lenguaje, ella no podía hablar bien, su problema era nato, por lo que le costaba comunicarse, pero poco a poco con ejercicios de maduración, ella asistía a terapias en Hueyotlipan pero su proceso fue lento.
Cuando empecé a trabajar me enfrente a diversas situaciones, las cuales no me fueron explicadas durante mi formación. En cuanto a los trámites administrativos carecía de cómo hacerlos, al principio me costaba y más porque eran dos grados, pero con la ayuda de la directora y de las maestras de la escuela es como he ido adquiriendo experiencia y sobre todo que he aprendido a hacer las cosas bien, porque mi idea es, si vamos a hacer las cosas las debemos de hacer bien si no, no las hacemos.

Es cierto apenas tengo un año de servicio, pero pareciera que tengo más, mis ganas de trabajar son notorias y el compromiso docente es lo que rige mi vida profesional. Me siento a gusto con la tarea que hago día a día y es mi deseo seguir preparándome para poder ser mejor cada día.

Además de mi trabajo como profesora de educación primaria, también he asistido a congresos nacionales y a los cursos de formación, diplomados, y pienso y quiero en un futuro poder salir del país y compartir lo que sé, por ahora he decidido estudiar la maestría como un reto personal pero también profesional, sé que un grado no representa lo que sabemos o somos, pero si nos hace ser más humanos y humildes.

Entendamos que ser maestro va más allá de asistir a un aula y ser mediadores entre el alumno y el conocimiento, ahora nuestra sociedad nos exige ser competentes, hábiles y críticos ante las situaciones que se viven, pero no olvidemos que por quien estamos aquí es por nuestros alumnos, aquellas semillas que un día darán sus frutos.
Y mi historia personal y profesional sigue….

Licenciada en Educación Primaria
Profa. Elizabeth López Hernández